Salir por la tapia de la zona posterior de la finca y al tocar el asfalto, seguir a la izquierda. Tras rebasar dos bares: Bar Buenos Aires i Bar Sa Petanca, encontramos una intersección en forma de V, donde hay que elegir la opción de la derecha y tras un centenar de pasos inserirse a Sa Costa d’en Flassada. Ascender por dicho camino, tras varias confluencias de caminos, llegamos al Camí de sa figuera; que seguimos en dirección Port de Sóller. Más tarde, después de cruzar una torrentera y flanquear una casa, buscamos una senda difícil de encontrar. A continuación, desde una edificación en ruinas, descendemos a la cima del Coll d’en Marquès; collado del que tan solo nos quedará descender por la carretera asfaltada de Sa Figuera hasta el puerto de Sóller.
Tras la tapia de madera y un camino de servidumbre, que discurre entre varias casas vecinales, tocamos el asfalto del Camí de Sa Figuera; y enseguida coincidimos con el Bar Buenos Aires; antigua cantina muy concurrido en sábado y domingo a mediodía, cuando se sirven deliciosas tapas mallorquinas. Después de deleitarnos con alguno de los platos típicos que la isla nos ofrece, ponemos rumbo al Camí de Ses Argiles, donde encontraremos el Camí de Sa Costa d'en Flassada; punto de inicio de la ruta. Al pie de una discreta indicación de senderismo, comienza el ascenso a la montaña, sobre un modesto callejón estrecho, que destaca por su increíble cuesta ascendente y a medida que va rebasando las ultimas casas; dispuestas entre si verticalmente; una sobre la otra, el camino se eleva vertiginosamente, alejándonos del valle. Enseguida, el asfalto deja paso a un sendero escarpado y el itinerario nos enseña por primera vez su deteriorado empedrado. Tras algunos escalones hechos con cantos de piedra, en medio de un paisaje típicamente mallorquín y a la sombra de los primeros pinos, un bancal se dispone como si fuese un balcón, ofreciendo bellas imágenes sobre valle.
Cautivados por el maravilloso escenario, un hito nos recuerda que todavía queda toda una ruta por delante y adentrándonos ahora, en un bosque de pinos, el camino reemprende el ascenso, introduciéndose en un paisaje de gran belleza, silencioso y salvaje. Después de varias lazadas y tras rebasar algunos árboles que nacen al pie del camino, la ruta confluirá con el Camí de Ses Marjades, que se desvía regresando al valle de Sóller. Más arriba, en una zona boscosa, se nos aparece por sorpresa, la carretera que une el valle de Sóller con el Monasterio de Lluc. Al otro lado de la carretera, nos encontramos de cara a una tapia de madera que hay que evitar, buscando una pista pavimentada que transcurre entre algunos olivares, hasta que unas barreras metálicas impiden el paso. El itinerario recuperará su empedrado en una esquina, y sobre una escalonada vereda, el ascenso continúa sobre una notable pendiente ascendente, que transcurre entre hermosas terrazas repletas de olivos y antiguos porches. Hay que tener en cuenta que los olivares documentados en la zona, llegaron a constituir la mayor fuente de ingresos para la economía de la gente local, durante los siglos XIV y XV, llegando a ser el principal medio de subsistencia para las familias del valle. A medida que ascendemos, la pendiente parece ser inagotable e infinita. Mientras tanto, nuestro camino de piedras en ocasiones se va cruzando con otro camino pavimentado; ambos irán entrelazándose entre sí a lo largo del ascenso, hasta que finalmente se unirán en el punto más alto de la ruta, que parece ser inalcanzable.
Antes de finalizar, la cuesta ascendente se encontrará con el Camí de Sa Capelleta; angosta senda que desciende a la sombra de algunos pinos, ofreciéndonos la posibilidad de hacer una visita al Santuario de "Sa Capelleta"; pequeña |
edificación de estilo modernista que desde suconstrucción en 1917 pronto se convirtió en lugar de devoción. Rehusando tal invitación, el itinerario sigue elevándose rápidamente a la montaña y poco a poco, las encinas irrumpen el paisaje. El inagotable ascenso finaliza a la sombra de un fresco encinar y situados en una confluencia de caminos, se nos aparece, por fin; el Camí de Sa figuera, camino de herradura que enlaza al Puerto de Sóller con la villa de Fornalutx.
Situados en el punto más alto del recorrido, la ruta nos ofrece múltiples variantes; dado que nuestra intención es ir caminando hasta el Puerto de Sóller, abandonaremos el Camí de Sa Costa d’en Flassada; que continua en sentido ascendente hasta el Mirador de Ses Barques; ofreciendo vistas inmejorables sobre el Puerto de Sóller, restaurante y mirador; se levantaron con motivo de la construcción de la carretera del Puig Major, a finales de los años cincuenta. Descartando la posibilidad de descender Sa Costa d'en Nico hasta el pintoresco enclave de Fornalutx, que constituye un conjunto indiscutible de interés arquitectónico y paisajístico, nos inserimos al Camí de Sa Figuera en dirección Puerto de Sóller. Transcurriendo entre los sombríos parajes de la zona de Ses Moncades, donde en primavera predomina en el entorno el amarillo de las flores de la albaina, dejamos atrás las casas de su mismo nombre y a nuestro paso, los olivares se alternan ahora con los frondosos y umbríos encinares, ofreciéndonos un paisaje delicioso. En un zig zag, nuestro itinerario confluye; solo por unos instantes, con un tramo del Camí Vell de Balitx, que en su día llegó a ser junto con la vía marítima, principal eje de comunicación que unía los parajes de Sa Costera y Tuent con el municipio de Sóller. Tras las últimas encinas, el olivar invade la ladera y el camino continúa flanqueando hermosas plantaciones de olivos, de troncos torneados que tiñen de plata la ladera de la montaña y a medida que desciende, va dibujando los terrenos rojizos de la montaña. Inmediatamente una explosión de diferentes tonalidades; estallan mostrando todo su esplendor, en un bucólico paisaje que enmarca una vista privilegiada del Puerto de Sóller.
Después de una torrentera, flanqueamos la bella propiedad de Can veri, que cuenta todavía con su portal adovelado y a la vez que dejamos a tras un cobertizo, buscamos una senda difícil de encontrar, que parte a la sombra de un olivo. Tras un somier, que sirve de portillo; curiosa costumbre bastante habitual en los olivares de la Sierra de Tramuntana, la ruta desciende ahora, por una complicada vereda que transcurre sobre un despeñadero, hasta que situados en las casas de Can Bonjesus; en estado de ruinas, nos conformaremos con contemplar su centenaria palmera datilera.
A continuación, descendiendo por un caminito estrecho que encontramos en la parte posterior de la propiedad, en unos minutos llegamos al Coll d’en Marquès, situados en un cruce de caminos; desde aquí el camí de Sa Figuera descenderá a lo largo de una serpenteante carretera que cruza los bellos parajes del valle de Sa Figuera. Más a bajo, flanquearemos una agrupación de antiguas possessions que constituyen la aldea del mismo nombre y al cabo de unos minutos la ruta nos dejará en el Passeig de sa Marina del Puerto de Sóller.
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5ª Ruta de
Senderismo por Sóller
El itinerario consiste en ascender a la montaña por el camino de sa Costa d'en Flassada; vasto sendero que ofrece una pendiente considerable. Situados en el punto más alto del recorrido, en una confluencia de caminos nos dirigimos al Camí de Sa figuera, con el que empezamos el descenso hasta el Puerto de Sóller.
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Duración
2 h 20" |
Dificultad
moderada |
Desnivel
297m |
Regreso
autobús |
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Aunque la etapa de ascenso discurre a la sombra de una exuberante vegetación, presenta una pendiente que exige un esfuerzo considerable, por otra parte, debido a la gran variedad de rutas alternativas que presenta, permite improvisar en función del nivel de esfuerzo y el tiempo deseado.
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