Salir por la entrada principal del hotel, continuar hacia la derecha hasta que llegamos al Camí de sa Figuera, calle que si seguimos por la izquierda. Tras dejar atrás la iglesia de la huerta continuamos recto por el mismo camino hasta que llegamos a la carretera Soller-Lluc. Cruzamos la carretera y enlazamos el recorrido por la calle de Can Tamany. Tras hacer una visita a la aldea del mismo nombre, empezamos la ascensión al Coll de Borrassar. Unos 15 minutos después, llegamos a la cima. Ignorando el camino que se desvia a la derecha, descendemos ahora hacia el puerto de Sóller. Tras unos 200 pasos, nos encontramos con dos opciones, debemos continuar por la vereda que se desvía hacia la izquierda. Pero antes! continuamos recto unos 200 pasos más para hacer una visita a las casas de la zona. A continuación retomamos el camino por donde lo dejamos y tras media hora de camino llegamos al puerto de Sóller.
Desde la entrada principal de la finca, la caminata, arranca por el Camino de la Villalonga, que en unos pasos nos deja al Camí de sa Figuera, calle que nos guiará hasta el punto de inicio de la ruta, ofreciéndonos un agradable paseo que transcurre entre las casas de campo y las zonas de cultivo de la Huerta de Sóller, donde predomina la recolección de cítricos y la cosecha de la hortaliza. Con la constante presencia de los huertos de cítricos que inundan el valle, llaman también la atención, la biodiversidad y la riqueza de sus árboles y plantas. Naranjos, limoneros, plataneros, palmeras y aguacates crecen exuberantes, gracias a las condiciones climáticas del microclima propio del valle.
Tras un cruce de calles, enseguida dejamos atras, la iglesia de la huerta o la iglesia de “la Mare de Deu de la Victoria“, que fue construida entre 1917 y 1923; conmemorando la victoria de los “sollerics” ante un ataque corsario. A medida que nuestro itinerario se aleja de Sóller, los huertos de cítricos van ganando protagonismo en el paisaje. Finalmente, El Camí de Sa Figuera se despide con una suave cuesta descendente mientras que a lo lejos; si miramos hacia el oeste, observamos una bonita panorámica de la Sierra de Tramuntana.
Una vez situados al lado de la transitada carretera que une Sóller con Lluc, punto de inicio de la ruta. El trayecto arranca al otro lado de la carretera por Can Tamany, con una pista asfaltada que discurre entre otro pequeño núcleo de casas de campo, tras cruzar una pequeña torrentera; el camino nos sorprende con las casas del mismo nombre. Las casas de Can Tamany, en realidad, forman parte de un grupo de más edificaciones, que están dispuestas linealmente en orientación sur, quedando resguardadas por las montañas de Sa Mola. Situadas justo debajo del Puig Roig; desde las casas, llama la atención un peñón rojizo, conocido popularmente por Sa Roca Rotja, en cuya cima hay un conocido yacimiento arqueológico.
Bajo el cañizo de la aldea, contemplamos algunos detalles. Por ejemplo, llaman la atención algunas muestras de tejas pintadas o una placa conmemorativa que con un escrito en mallorquín: ”A las valientes mujeres de Can Tamany, heroínas del 11 de mayo de 1561. Las mujeres de Sóller 1961” se hace referencia a uno de los hechos históricos más recordados del pueblo, en el que dos hermanas, se enfrentaron a un pelotón de turcos que saqueaban una de las viviendas.
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Después de la visita, retomamos el camino que se desvía ahora hacia la izquierda, por un camino de carros, que con un empedrado muy deteriorado, asciende directamente hasta las casas de Can Terés. Justo antes de llegar a la citada propiedad, el itinerario se desvía por un breve camino residual empedrado, que en forma de senda ascendente, cruza una poblada vegetación ofreciéndonos una bella perspectiva de la Sierra de Tramuntana, protagonizada por Els Cornadors.
Inmediatamente, la senda, deja paso a otro camino más ancho y poco marcado que entre almendros y bancales transcurre entre las últimas casas de la gente residente, hasta que llegamos justo a la altura de las casas de Can Penya. Con unas pequeñas escaleras de piedra, nace otro caminito que flanquea la finca de naranjos, discurriendo entre una exuberante vegetación de plantas arbustivas y que finalmente nos deja en otro encuentro de caminos. Es indiferente subir por el atajo de enfrente, que consiste en un camino de herradura residual, o por el camino de carros que sube a la izquierda, ya que ambos confluyen más arriba, adentrándose en un bosque de pinos, encinas y olivos. Desde aquí, comienza el suave ascenso hasta el Coll d’en Borrassar, que transcurre a la sombra de un pinar. Poco a poco, a medida que nos aproximamos a la cima, el valle de Sóller, se despide con una bella retrospectiva de algunos de los majestuosos picos que rodean el valle, hasta que se nos aparece una bifurcación de caminos, que nos anuncia que ya hemos alcanzado el punto más alto del itinerario. Situados en la cumbre del Coll d’en Borrassar, justo a la altura de la propiedad de Can Gall, con el sonido de los cencerros del ganado que pace cerca del camino, nuestro itinerario comienza el descenso hasta el puerto de Sóller, por el camino de Son Llampayes, que avanza entre un tramo llano de olivos y bancales a la izquierda y una vegetación poblada de pinos y plantas autóctonas a la derecha; a lo lejos ya podremos distinguir la silueta de la “Torre picada”, la torre de defensa más grande de Mallorca. Inadvertida, yace sobre el mar y nos indica que el puerto de Sóller ya no queda muy lejano. Enseguida, nos llamará la atención, un camino que se desvía hacia la izquierda a la sombra de un acebuche, con unas hermosas escaleras que presentan un formidable acabado. Más adelante nos inseriremos a él, pero primero, vale la pena descender unos metros más, por el camino de Son Llampàyes, y hacer una visita a las casas del mismo nombre. Después de una verja, nuestro itinerario, discurre ahora sobre un camino de tierra rojizo, rodeado de un paisaje donde las diferentes tonalidades que conforman el verde mediterráneo están en perfecta armonía. Situados entre El Coll d’en Marquès y las montañas de Sa Mola, enseguida nos encontramos con las casas de Son Llampayes. En realidad esta edificación, consiste en un conjunto de casas formadas por un solo buque y dos viviendas independizadas. Una de las casas, es Can Alfonso, donde vale la pena hacer una visita, y disfrutar de un refrescante zumo de naranja.
Después de disfrutar del encanto del lugar con un refrescante zumo de naranja, emprendemos de nuevo el recorrido por donde lo habíamos dejado y con unas hermosas escaleras hechas con cantos rodados, iniciamos el descenso a través de una senda que discurre encajonada entre una poblada vegetación, hasta que llegamos a lo que parece ser el inicio de una torrentera. Después de dejar una canaleta a nuestra izquierda, el camino discurre ahora sobre un camino pedregoso en avanzado estado de degradación que con una suave pendiente enseguida nos deja en un bosque de pinos del que volvemos a descender sobre un camino poco marcado. A medida que llegamos al final de nuestra ruta, veremos que el bosque va perdiendo altura hasta que llegaremos a otra zona arbustiva.Situados ya, cerca de la carretera que une El puerto de Sóller con sú pueblo, el recorrido discurre entre un horno de cal y una barraca de piedra. Tras dos barreras llegamos al final del trayecto.
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4ª Ruta de
Senderismo por Sóller
Inicialmente haremos una visita a la pequeña aldea de Can Tamany y a continuación haremos una pequeña ascensión hasta llegar al Coll d’en Borrassar. A continuación descendemos hasta las casas de la propiedad de Son Llampaies donde haremos un breve descanso. La ruta finaliza con una sombría vereda que nos dejará al puerto de Sóller.
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Duración
1 h 30" |
Dificultad
moderada |
Desnivel
108m |
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Itinerario muy sencillo que representa una de las mejores alternativas para ir al Puerto de Sóller. La ruta consiste en un breve paseo con el que recorreremos vías que nos llamarán la atención por la exuberancia del paisaje que las rodea.
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